DIARIOS DE ALTA MAR

Iniciando singladura.

En un puerto cualquiera de frío otoño o naciente primavera; quizás no era necesariamente un puerto marítimo, quizás era algún puerto de un libro perdido, espacial, fluvial… que se yo, pero en un puerto cualquiera. Un barco de diseño vikingo de esos que eran guerreros prepara su imponente figura y sus tripulantes se alistan a iniciar singladura que los llevará a lejanos lugares y a destinos ignotos. Cargamento de sueños, anhelos, deseos, esperanzas; agua de lluvia, pan de nostalgia; vientos sin fin o poderosas marejadas… De esos viajes que se inician de repente, sin fin aparente, sin lugar buscado, sin terminación a la vista; vamos pues a ver zarpar con su gallarda finura de velamen desplegado, remos en sus lugares y mascarones de combate puestos ya por si el enemigo aguarda en plena desembocadura de esta nueva trabecía de un mar profundo y azul o quizás de una luz débil de una estrella lejana. Zarpa pues, rumbo a nuevos horizontes donde espera encontrar del viaje un nuevo comenzar y un nuevo resurgir con nuevas experiencias, lecciones y auroras nuevas de flameantes llamas multicolores. Zarpa pues, en búsqueda de todo lo que sus tripulantes llevan tiempo esperando, deseando y soñando; para cumplir metas y alcanzar sueños largamente acariciados y postergados.

Publicado originalmente el 05/12/2018